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En el caso de Leoncio Badía, conocido también como el enterrador de Paterna, su labor en los años más sombríos de la historia de España lo haría merecedor del reconocimiento y la admiración de todos.
Este joven valenciano de unos treinta y pocos años soñaba en consagrar su vida a la enseñanza profesional, pero en los años 40 fue castigado a llevar a cabo un trabajo tortuoso. Relató su hija, María Milagros Badía, que a su padre le dijeron: “oye, rojito, ¿tú quieres trabajar? Pues ve a enterrar a los tuyos”. Y así fue cómo Leoncio acabó dando sepultura a la mayor parte de los más de 2.200 republicanos que fueron fusilados en Paterna.
En su labor de enterrador cumplió un papel extraordinario: dedicaba sus noches a rescatar los cuerpos de cuantos pudiera. Los lavaba, los depositaba en cajas de madera para darles una despedida digna y, lo más importante, dejaba pequeñas pistas para poder identificar los cadáveres de las víctimas. Y no solo eso, a pesar de que arriesgaba su propia vida, también indicaba a los familiares la ubicación exacta y les entregaba un último recuerdo de sus seres queridos como botones, trozos de tela o un mechón de cabello.
Su dedicación, su valor y su humanismo le han granjeado un lugar y admiración en la historia, ya que la mayoría de las familias lograron hallar a sus allegados gracias a sus pistas. Los arqueólogos han encontrado cuerpos colocados especialmente en una postura digna, situación que evidencia la voluntad y el respeto del enterrador.
Su labor ha sido también reconocida por instituciones valencianas como el Ayuntamiento de Paterna, que le rindió tributo a título póstumo por el esfuerzo y la sensibilidad erigiendo una escultura diseñada por el artista valenciano Nassio Bayarri. El propio alcalde de Paterna destacó que "esta escultura es un reconocimiento al coraje y sensibilidad de Leoncio, que a través de recortes de tela, mensajes en botellas, botones y mechones de pelo, intentó sembrar esperanza en las heridas abiertas en muchas familias para que pudieran cerrarse en un futuro y dignificar así su memoria".
Hombres como él se quedarán siempre en la memoria de su pueblo porque dejó un legado admirable y una enseñanza única: no importa cuál sea tu puesto o tu tarea, siempre ponla a disposición de los tuyos. Leoncio no eligió la profesión por la cual sería recordado, pero sí sus ideales hasta el final de sus días.
DAMARIS VELÁZQUEZ
M. ÁNGELES MENGUAL
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