El Dia dels Peixets, un milagro compartido

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En el costero municipio valenciano de Alboraya, situado en la comarca de l’Horta Nord, encontramos una ermita que fue construida por evocación de un milagro: la Ermita dels Peixets. Consagrada al Santísimo Sacramento, en ella se realiza la ceremonia del milagro ocurrido en el siglo XIV en esta misma localidad.

Corría el año 1348 y, según relata la leyenda, un hombre de Almácera que se encontraba al borde de la muerte hizo avisar al de Alboraya para confesarse por última vez en lugar de llamar al cura de su pueblo.

El sacerdote acudió a la llamada tomando el camino por el barranco del Carraixet, con tan mala fortuna que cayó al agua junto a su caballo y la arqueta donde guardaba las hostias debido a la crecida del barranco por las tormentas. El accidente desanimó al sacerdote, quien decidió volver a Alboraya.

Pasado un rato, unos agricultores acudieron a ver al cura exclamando que del agua habían brotado tres luces que eran tres peces con hostias en la boca. El párroco, asombrado por la noticia, recogió las formas sagradas para así cumplir la última plegaria del hombre.

Años más tarde se construyó en la zona residencial Port Saplaya de Alboraya una ermita en conmemoración de este suceso, donde se conserva el cáliz. En cambio, la arqueta se atesora en Almácera, donde se levantó una parroquia dedicada al Santísimo Sacramento así como la llamada “Capella del Miracle dels Peixets”.

La ermita de Alboraya es un edificio rectangular con un estilo neogótico y su estructura está compuesta por:

• Una fachada dividida verticalmente en tres tramos, en la parte central se halla la portada ojival del acceso.
• Sobre la portada hay un vano apuntando con un arco del mismo tipo que arranca de ménsulas.
• La zona del presbiterio tiene dos gradas.
• El altar principal es de mármol soportado por dos columnas con un retablo de azulejos adosado.
• En la parte superior se encuentra un óculo, a los lados del altar hay dos puertas apuntadas que dan paso a sacristía.
• En el lado de la epístola, en el exterior, se sitúa un cuadro de azulejos relacionado con el milagro.

Existe cierta polémica entre los habitantes de los dos pueblos porque en Almácera se dice que había dos peces con dos hostias y en Alboraya tres peces con tres de ellas. Por esta razón los escudos representativos de cada pueblo tienen dos y tres peces respectivamente.

Cada año, el lunes siguiente a la fiesta de Pentecostés, se celebra el Día dels Peixets en Alboraya. Una jornada en la que participan numerosos feligreses llena de actividades como las tradicionales paellas, una misa especial y una procesión que recorre las principales calles del municipio; una tradición llena de encanto que trasciende generación tras generación.

DAMARIS VELÁZQUEZ

M. ÁNGELES MENGUAL

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