Una trampa contra el picudo rojo de las palmeras diseñada por investigadores de la Universitat Politècnica de València permite atrapar un 45% más de insectos que las convencionales de tipo cubo. Se trata de un diseño piramidal ideado para el tratamiento a gran escala de esta plaga.
La trampa, comercializada por la empresa valenciana Sansan Prodesing SL, se está utilizando en diferentes países de Europa y ha despertado interés en Estados Unidos y Oriente Próximo, mercado este último con un gran potencial de aplicación. Los resultados de su aplicación fueron publicados el pasado mes de agosto por la revista Journal of Economic Entomology.
"Lo novedoso de este sistema es su forma; el diseño piramidal ayuda a que el picudo, atraído por la feromona colocada en la trampa, trepe fácilmente sobre ella y acabe cayendo a un recipiente con agua situado en la parte inferior", apunta Vicente Navarro, investigador del grupo de Ecología Química Agrícola del Instituto Agroforestal Mediterráneo de la Universitat Politècnica de València.
El estudio evalúa, además, qué ocurre al añadir agua a las trampas que contienen material vegetal (restos que reproducen el olor de la palmera y funcionan como atrayente) y comprueba que el número de picudos atrapados se multiplica por tres respecto a las trampas secas.
"Es muy importante conseguir el olor de la palmera, pero este proceso tiene un hándicap, y es que es necesario una continua reposición de los restos vegetales", explica la investigadora del grupo de Ecología Química Agrícola Sandra Vacas.
Como alternativa a la utilización de material vegetal, los investigadores tratan de determinar qué compuestos del olor a palmera son los responsables del efecto atrayente para el picudo para poder fabricar un preparado sintético que, cuanto menos, iguale los resultados del material vegetal.
El grupo de Ecología Química Agrícola trabaja con ese objetivo en Palmprotect, el principal proyecto europeo de lucha contra el picudo rojo y, hasta la fecha, han conseguido identificar más de 100 compuestos, de los cuales 14 presentan una actividad que podría convertirlos en potenciales sustitutivos del material vegetal.
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