La detección temprana de COVID-19 se lleva a cabo en estos momentos principalmente mediante PCR, la prueba que ofrece mayor alto nivel de especificidad y sensibilidad, pero que requiere de equipos costosos, laboratorios especializados y personal experto. Un equipo de investigación coordinado por la Universitat Politècnica de València (UPV) y en el que participan también personal de FISABIO, del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) y del CIBER-BBN trabaja prácticamente desde que estalló la pandemia en una alternativa a las PCR. Fruto de estos meses, han llevado a cabo ya diferentes ensayos con un primer prototipo de test. Se trata de un test rápido de tipo Point-of-care (POC) basado en nanosistemas con puertas moleculares, que permitiría detectar de forma rápida –en 30 minutos-, fiable y sencilla si una persona está o ha estado infectada por SARS-CoV-2.