Cumplir con las demandas multifuncionales de los recursos.
Aproximadamente un tercio de la superficie terrestre de Europa está cubierta de bosque. Estos bosques forman una variedad de ecosistemas, desde la tundra nórdica hasta la costa mediterránea. E igual que la diversidad de climas y culturas que existe en Europa, hay muchas diferencias locales y nacionales en cuanto a cómo se percibe y se utiliza el bosque.
Claramente la disponibilidad de la madera como materia prima es de suma importancia para el éxito del sector forestal. Sin embargo, los propietarios y gestores forestales reconocen que deben dar cabida también a las ambiciones de otros agentes interesados si es que la gestión forestal va a cumplir con las necesidades múltiples de todas las partes.
Esto incluye apoyar las decisiones que se tomen respecto al equilibrio en la utilización de los bosques para producir biomasa u otros fines. Cambian constantemente las condiciones medioambientales a medida que el cambio climático y otros efectos impactan sobre los bosques de Europa.
Analizar y moldear las consecuencias de estos cambios exigirá una evaluación de la respuesta de los ecosistemas forestales y el impacto sobre la biodiversidad, por ejemplo.
El cambio climático también podrá provocar una mayor frecuencia de desastres naturales. En consecuencia, las estrategias de la gestión forestal y los regímenes de selvicultura deberán tener en cuenta las incertidumbres, riesgos y oportunidades presentadas en distintos entornos ambientales.