«El derecho a la fragilidad: una aproximación entre el cuerpo y el espacio.»
Aula Magna ETSA UPV.
Viernes, 15 de septiembre, 10:30h.
Podemos decir que, si la humanidad tiene un proyecto, es un proyecto de fuga. ¿De qué huimos los humanos? De la fragilidad de nuestros cuerpos, que residen en el espacio. Nuestros cuerpos, como el espacio en el que se mueven, son analógicos, de tal manera que pensar la relación entre el espacio y los cuerpos -cometido central de la arquitectura- implica pensar la irregularidad, la aproximación, la rugosidad de un planeta que solo desde el aire es una esfera lisa. Como no podemos controlar directamente el tiempo, fuente de nuestra mortalidad, intentamos superarlo a fuerza de velocidad: velocidad vertical, como la de los grandes rascacielos, y velocidad tecnológica, como la que finalmente ha sustituido todos los cuerpos por imágenes atrapadas -o liberadas, según se mire- en pantallas vertiginosas que no ocupan ningún espacio. Hemos borrado todas las huellas de nuestra fragilidad, de la que, sin embargo, como demuestra la reciente pandemia de COVID, solo podemos escapar provisional e ilusoriamente.