¿Qué nivel de servicios debe tener garantizada la ciudadanía de la Unión Europea? Abordar esta pregunta supone uno de los mayores retos para combatir una de las principales amenazas para las instituciones europeas: la desigualdad entre regiones. El proyecto ESPON DESIRE, en el que la UPV está notablemente representada, sale en respuesta a este envite.
La profesora Mar Ortega Reig, del Departamento de Economía y Ciencias Sociales, coordina un equipo técnico del que también forman parte sus compañeros de la UPV Víctor Martínez Gómez y María Luisa Martí Selva. Junto a otros colegas de otras universidades europeas, han elaborado un informe que, de entrada, muestra las zonas de la Unión con mayores dificultades para acceder a servicios públicos básicos como educación, sanidad, servicios para las familias (residencias y guarderías), acceso al transporte público y actividad comercial. A su vez, el análisis expone varias propuestas de mejora.
La investigación liderada por Mar Ortega, que fue expuesta en la reunión europea de directores generales de Cohesión Territorial de la Unión Europea celebrada en Budapest, identifica las zonas deficientes en cuanto al acceso a servicios. A tenor de los resultados, se constata la persistencia de la dicotomía muy dispar entre el mundo rural y el urbano.
Una estrategia eficaz para mejorar los servicios de interés general combina regulaciones desde arriba e iniciativas comunitarias desde abajo, lo que ayuda a atraer y retener profesionales; y abordar desafíos demográficos y económicos. De manera más concreta, en la investigación se citan como propuestas de mejora:
- Ofrecer una prestación de servicios adaptada al contexto y asegurar un acceso equitativo para que todas las personas, independientemente de su ubicación o nivel socioeconómico, tengan acceso a los servicios que necesitan.
- Fortalecer el compromiso y la apropiación comunitaria en diferentes contextos. Se ha demostrado que la participación de la comunidad en el diseño, implementación y gestión de los servicios mejora su relevancia, capacidad de respuesta y eficacia.
- Crear modelos de servicios resilientes y sostenibles para asegurar la continuidad a largo plazo en áreas con desafíos económicos, ambientales y demográficos.
- Fortalecer la gobernanza a través de enfoques colaborativos. La colaboración efectiva entre regiones, comunidades y sectores puede mejorar la eficiencia, resiliencia y alcance de los servicios públicos mediante la puesta en común de recursos, el intercambio de conocimientos y la coordinación de acciones.
- Planificación espacial basada en datos de accesibilidad a servicios, promoviendo un enfoque más integral de la provisión de servicios
Uno de los casos analizados en el estudio se refiere a la atención médica primaria en la Comunitat Valenciana. A tenor de los resultados, el informe traza dos aspectos en los que se debería incidir con el fin de acercar la atención médica a los pacientes, o los pacientes a la atención médica.
En primer término, considera que el transporte y la tecnología son los medios habituales para superar las dificultades de una correcta asistencia sanitaria. Al respecto, las soluciones basadas en la tecnología requieren sin duda cierta formación de las personar usuarias y operadoras, y a menudo también una conexión fiable a Internet.
Por otra parte, considera conveniente mantener la relación paciente-personal sanitario de una manera sostenida en el tiempo. Este aspecto, señala el informe, tiene efectos beneficiosos para la salud y el bienestar, así como ventajas de tipo económico al permitir una menor movilización de recursos. Entre los datos que se aportaron en la exposición de Budapest destaca el hecho de que tener el mismo médico de familia durante 15 o más años disminuye un 30% las visitas a urgencias, un 28% los ingresos hospitalarios y un 26% la mortalidad.
El caso contrario, es decir, una elevada rotación de profesionales en los puestos de trabajo va en detrimento de la calidad de la asistencia y de los resultados sanitarios, alerta el estudio.
En líneas más generales, otra de las conclusiones que aporta la investigación es que la estructura territorial y organizativa del sistema sanitario valenciano es eficaz, si bien “la mejora de la calidad requiere una mayor inversión pública en personal y un replanteamiento de la prestación de servicios, con la puesta en marcha de servicios secundarios más cercanos a la ciudadanía o la agrupación de citas, entre otras posibles medidas”, sostiene Ortega, quien ve “especialmente importante” mejorar la coordinación de los servicios sociales y sanitarios en las zonas rurales.
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