Érase una vez dos niños llamados Hänsel y Gretel que vivían en la extrema pobreza. Por no hacer las tareas de casa, su madre los mandó al bosque a coger frutas, pero no sabían que allí habitaba una bruja que engañaba a los niños con dulces, los empuja en su horno, y los convertía en pan de jengibre para luego comérselos. No os perdáis la ópera Hänsel y Gretel del compositor alemán Humperdinck, no

sea que la bruja os hechice. Colorín, colorado.

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